El ministro de Economía nacional, Luis Caputo, lanzó una dura advertencia a la industria automotriz, luego de que se conociera que Grupo Stellantis informó a su red de concesionarios un aumento del 3,5% en los precios para mayo.
La reacción del funcionario se dio como respuesta a un posteo en la red social X del periodista especializado Horacio Alonso, quien reveló el ajuste en los valores de los vehículos.
Caputo no tardó en replicar el mensaje, señalando: “No creo que sea así, Horacio. Si fuera cierto, sería un cambio en la relación de confianza construida con esta industria. Y si se rompe esa confianza, que tanto costó construir, nosotros usaremos nuestras herramientas para defender a los consumidores”.
La declaración del ministro no pasó desapercibida y generó impacto en el sector automotor. Si bien en Stellantis no confirmaron oficialmente la suba, fuentes consultadas indicaron que “nada oficial” se definió aún respecto a una posible marcha atrás en los incrementos.
La advertencia oficial se produce en un contexto de tensión creciente entre la administración libertaria y las terminales automotrices. Mientras las compañías recalculan sus estrategias de precios ante la nueva política de flotación cambiaria -con un dólar que puede moverse entre $1.000 y $1.400-, la Casa Rosada busca contener los precios para estimular el consumo, que sufrió una fuerte caída en el primer trimestre.
Durante abril, las terminales debatieron internamente cómo ajustar sus listas. En meses anteriores, los aumentos solían alinearse con la microdevaluación mensual del 2% que imponía el esquema del "crawling peg". Sin embargo, con la nueva paridad flotante y la mayor incertidumbre, los precios tienden a reflejar una mayor variabilidad.
Un analista del sector explicó que, bajo la lógica anterior, los autos nuevos podrían haber aumentado hasta un 9% en mayo, pero eso sería contradictorio con el objetivo del gobierno de Milei de lograr una baja en los precios. “Eso sería circunstancial y completamente opuesto a la intención oficial”, señaló.
En ese marco, las automotrices no adoptan una postura uniforme. Algunas evaluarían aumentos moderados -del 3%- y podrían acompañarlos con la eliminación de bonificaciones o incentivos a concesionarios, lo que encarecería el precio final para el consumidor sin modificar tanto la lista oficial, consignó Infobae.
En el sector esperan que Toyota vuelva a marcar la referencia con su lista mensual, aunque otras marcas ya tendrían sus decisiones tomadas. “El que quiera mantener volumen subirá poco. El que priorice rentabilidad, tal vez ajuste más, con riesgo de vender menos”, explicó un especialista. Un ejemplo de esta dinámica fue Volkswagen, que a fines de abril estaba 25% por debajo de Toyota en ventas.
Durante la presentación del nuevo Renault Arkana, Pablo Sibilla, presidente de Renault Argentina, también se refirió al momento del mercado. “No se puede cambiar el precio por cada movimiento del dólar. Antes había previsibilidad. Ahora, con la flotación, la incertidumbre es parte del nuevo sistema. Hay que resetearse la cabeza y entender esta nueva realidad”, planteó.
La postura de Caputo no es nueva. A mediados de abril, tras un aumento de precios de Volkswagen, el ministro ya había reaccionado públicamente, lo que derivó en una marcha atrás parcial de la marca. En aquella ocasión, también advirtió que no se permitiría “abusos”.